
Cultura viva. Secretos de la Cordillera Sagrada a casi cuatro mil metros sobre el nivel del mar, la nación q’ero lucha por mantener su milenaria tradición en el territorio sagrado de los apus incaicos.
Los q’ero cuentan que en tiempos remotos: “La tierra se volvió inactiva y los Apu decidieron forjar nuevos seres. Crearon aInkarí y a Qollarí, un hombre y una mujer llenos de sabiduría. Dieron al primero una barreta de oro, y a la segunda una rueca, como símbolos de poder y laboriosidad”. Dicen que Inkarí recibió la orden de fundar un gran pueblo donde cayera enhiesta la barreta. Así se fundó el Cuzco en un fértil valle. El hijo mayor de Inkarí recibió la moción de poblar la región de Q’ero, por eso los actuales q’ero son sus descendientes. El relativo aislamiento en que viven, sin vías carrozables, en un flanco apartado de la provincia de Paucartambo en el departamento de Cuzco, permite que conserven formas de vida y tradiciones culturales recibidas de sus antepasados.
Q’eros La comunidad está situada en la provincia de Paucartambo detrás de las cumbres nevadas del Apu Shinak’ara en la cordillera del Vilcanota (4800 m), con personas costumbres muy ancestrales ,hermosas vasijas hechas por las personas de los Andes que fue transmitido de generación en generación Q’eros la gente a sobrevivir hasta ahora en función de las leyes del universo y el hombre vivir juntos, la práctica, la célula fundamental de organización administrativa y política de la comunidad es la base Q’eros, sociales unidad donde nadie es propietario de las tierras, porque estas pertenecen a la comunidad.
Q’eros es un lugar que no se puede encontrar fácilmente en cualquier guía turística .La Nación Q’eros como comúnmente es conocida, es considerada como la única comunidad andina que mantiene marcadas costumbres que se remontan a la época de Los Incas, hasta algunos se han atrevido a afirmar que esta población aun mantiene sangre pura del antiguo Tahuantinsuyo.
Esta población de habla quechua se encuentra en los andes peruanos, en un lugar al que pocos han podido llegar, por lo que se puede afirmar que el contacto con extranjeros ha sido mínimo
La peculiaridad de esta comunidad es que el modo de vida de sus pobladores sigue conservando las costumbres ancestrales de cientos de años atrás, habiéndose perfectamente adaptado a las alturas, por lo que es común ver a un Q’ero sembrando papa a 3350 metros y pasteando llamas a la increíble altura de 4300 metros .
Ellos aun emplean los mismos métodos de agricultura, tocan los mismos instrumentos y tejen sus atuendos usando antiguos modelos de tejido descrito por los cronistas del siglo XVI.
Ellos aun emplean los mismos métodos de agricultura, tocan los mismos instrumentos y tejen sus atuendos usando antiguos modelos de tejido descrito por los cronistas del siglo XVI.
Los Q’eros viven en 6 diferentes comunidades, pequeños pueblos con aproximadamente 30 a 35 casas. Hatun Q’eros (Hatun= Gran) es la principal comunidad y la más grande de las 6.
La Nación Q’eros, todavía mantiene la religión andina, costumbres y tradiciones de nuestros ancestros los Incas que fueron transmitidas oralmente de generación a generación, prueba de ello es que aun realizan ritos y ceremonias en honor a sus Apus o Dioses Tutelares, esto es primordial, asi como el estar siempre integrado con la Pachamama o madre Tierra. Estas prácticas aun persisten en América del Sur y más aun en los Andes Peruanos por la existencia de estas comunidades indígenas que mantienen sus tradiciones ancestrales.
La Nación Q’eros, todavía mantiene la religión andina, costumbres y tradiciones de nuestros ancestros los Incas que fueron transmitidas oralmente de generación a generación, prueba de ello es que aun realizan ritos y ceremonias en honor a sus Apus o Dioses Tutelares, esto es primordial, asi como el estar siempre integrado con la Pachamama o madre Tierra. Estas prácticas aun persisten en América del Sur y más aun en los Andes Peruanos por la existencia de estas comunidades indígenas que mantienen sus tradiciones ancestrales.
Roberto Ochoa B.
Hace apenas cincuenta años, los antropólogos Oscar Núñez del Prado y Efraín Morote “descubrieron” a los q’eros, y difundieron aquello de que son el último ayllu de los incas.
Desde entonces, había que armar toda una expedición para visitar estas seis comunidades quechuas esparcidas en las alturas de la provincia de Paucartambo, en el Cusco. Pese a su hermetismo, el contacto más cercano siempre fue el Qoyllur R’itti, donde la presencia de los q’eros siempre provoca veneración entre los peregrinos.
Hoy en día, el desarrollo del turismo en Cusco ha facilitado el acceso a los q’eros. Basta llegar al Ombligo del Mundo y tomar el servicio de buses que en solo tres horas llega a Paucartambo. A esto se añade dos horas más de viaje en automóvil hasta Callacancha, epicentro de las visitas turísticas.
Lo mejor, empero, es contratar los servicios de agencias de viaje especializadas en turismo vivencial y místico, que ofrecen circuitos de seis a siete días que garantizan el contacto directo con los q’eros.
Pero el Dr. José Álvarez Blas nos ofrece otra forma de viajar por la cosmovisión quechua: Su libro Q’eros, Hijos de la Luz ha sabido captar la cosmovisión q’ero a través de sus impresionantes fotografías que ilustran esta página, y que en el libro son complementadas con textos de Alfonsina Barrionuevo y Jorge Flores Ochoa. La obra es la mejor presentación de la nación q’ero, pues permite entender el origen de la civilización andina a través de las domesticación de los camélidos y posterior desarrollo de su tecnología textil. El libro grafica, además, el misticismo, los rituales, las festividades y su impresionante tecnología agraria, que tiene como escenario paisajes a más de 4 mil metros sobre el nivel de la Cochamama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario